(…) La primera vez que tomé contacto con la Die Mannschaft fue en el Ábaco, en sa Llonja, en el corazón de la ciudad antigua de Palma de Mallorca. Allí, tuve la sensación de viajar en el tiempo unos cuantos decenios atrás, hacia la época barroca. Antigua casa señorial mallorquina, de dos plantas y atrio, hubiera podido ser perfectamente un palacete en esos tiempos. Las cerámicas, tapices, esculturas, muebles, cuadros y otros objetos, conformaban un colectivismo estético que contrastaba con el dinamismo vivo y de color de las grandes rocallas de fruta y eclosiones de flor natural que brindaban una atmósfera bucólica y lírica, refinada y ornamentada, al mismo tiempo (…)